QUE SIGNIFICA PERFECCIÓN CRISTIANA
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Fil. 4: 13.
¿Qué requiere Dios? Perfección, nada menos que la perfección. Pero si hemos de ser
perfectos, no pondremos nuestra confianza en el yo. Diariamente necesitamos comprender que
no debemos confiar en nosotros mismos. Necesitamos aferrarnos con fe firme de las promesas de
Dios. Necesitamos implorar la ayuda del Espíritu Santo, conscientes de nuestra impotencia.
Entonces, cuando el Espíritu Santo obre, no daremos la gloria al yo. El Espíritu tomará nuestro
corazón bajo su cuidado, haciendo que le lleguen los brillantes rayos del Sol de Justicia.
Debemos ser guardados por el poder de Dios mediante la fe.
Cuando estemos diariamente bajo el control del Espíritu de Dios, seremos el pueblo que
guarda los mandamientos. Podemos mostrar al mundo que la obediencia de los mandamientos
de Dios trae recompensa en esta vida y también felicidad eterna en la vida futura. A pesar de
nuestra profesión de fe, el Señor, que pesa nuestras acciones, no ve sino una representación
imperfecta de Cristo. El ha declarado que una condición tal no puede glorificarlo.
Significa mucho entregar la custodia del alma a Dios. Significa que hemos de vivir y
caminar por fe, no confiando y glorificando al yo, si no mirando a Jesús, nuestro Abogado, el
Autor y Consumador de nuestra fe. El Espíritu Santo hará su obra sobre el corazón contrito, pero
nunca podrá obrar sobre un alma presumida y autosuficiente. Una persona tal tratará de mejorar
por su propia sabiduría. Se interpone así entre su alma y el Espíritu Santo, y le impide obrar. . .
El Espíritu Santo desea cooperar con todos los que le reciban y estén dispuestos a ser
enseñados por El. Los que se aferran de la verdad y son santificados mediante ella, están tan
unidos a Cristo que pueden representarlo en palabra y acción. Están revestidos de Jesús y poseen
un poder que los capacita para revelar la verdad a otros. Quiera el Espíritu Santo hablar a los
corazones de los integrantes del pueblo de Dios para que sus palabras puedan ser tan escogidas
como el oro, al dar el pan de vida a quienes están en transgresión y pecado. . .
Es la voluntad de Dios que las bendiciones otorgadas al hombre sean dadas en plenitud.
El hizo provisión para que toda dificultad pueda ser superada, para que cada necesidad pueda ser
suplida mediante su Espíritu. Es su designio que el hombre perfeccione un carácter cristiano.
Dios quiera que contemplemos su amor y sus promesas, dados en forma tan generosa a quienes
no tienen méritos. Quisiera que dependiéramos plena, agradecida y gozosamente de la justicia
que nos fue provista por Cristo. A todos los que acuden a Dios como El ha establecido, los
escucha bondadosamente (Manuscrito 148, del 5 de diciembre de 1897, "La vida cristiana"). 352
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