La Crítica - ¿Con qué limpiará el joven su camino?
viernes, 16 de agosto de 2013

La Critica No Es Nuestra Obra
No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgais, sereis juzgados; y con la medida con que medís, os sera medido. (Mat. 7: 1,2)
Nuestros cuerpos se forman de lo que comemos y bebemos; y el carácter de nuestra experiencia espiritual depende de lo que nuestras mentes reciben como alimento y asimilan. Muchos llegan a ser dispepticos religiosos por espaciarse continuamente en lo errores y en los defectos de los demás. Aquellos que están tan ocupados en disecar las palabras y los actos de los otros, para descubrir todo lo que es objetable, dejan de discernir las cosas buenas y agradables. No comen alimento apropiado para promover la vitalidad espiritual y la salud y el crecimiento. El Señor no encuentra agrado con la gente que deja de criticar su propia alma, y en lugar de ello, critica a los demás. Esta es la obra de Satanás. Cuando hacéis esta obra, recordad que el enemigo os esta utilizando como un medio para tentar a otros, a fin de que aquellos que debieran estar unido en armonía y en gozo, edificándose uno a otros en la fe mas santa, luchen y se quejen a causa de los pecados de otros. Cristo no os ha hecho lo portadores del pecado. Ni siquiera podéis llevar vuestros propios pecados, por lo tanto debéis ser muy cuidadosos en no reprochar a vuestro vecino. Dios quiere que su pueblo sea libre... No recordaremos que mediante las palabras que hablamos podemos sanar o herir? No recordaremos que asi como juzgamos también seremos juzgados nosotros, los que posiblemente hemos tenido mas oportunidades que aquellos a quienes juzgamos? Nuestros corazones deben enternecerse de amor reciproco. Debemos criticarnos a nosotros mismos con tanta severidad como nos guste. Aquel que critica a otro da evidencia de que el es quien necesita criticarse a si mismo. Orad a Dios para que el muestre que cosas debéis quitar de vosotros para que podáis ver el reino de Dios... Hay una corona para el vencedor... La queréis? Queréis correr la carrera de la paciencia? Entonces no busquéis alguna cosa para condenar en vuestro prójimo, sino contemplad directamente a Jesucristo. Contemplad su pureza, y quedareis encantados y reflejareis su semejanza. Esto es lo que Dios quiere que hagamos.

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